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El misterioso pasado de Benito: reflejo de esperanza y maltrato animal

Puebla, Puebla.- El pasado de Benito es un misterio. Se trata de la estrella del momento, todo mundo se ha dejado contagiar de la fiebre generada por la jirafa más famosa del país, pero, ¿De dónde salió?, ¿Cuál es su historial genético? Nadie lo sabe.

Benito es un ícono. Su rescate es una muestra de lo que se puede lograr cuando sociedad civil, organismos privados y autoridades unen esfuerzos. Pero también, es un ejemplo viviente de lo que pasa en un país con una laxa aplicación de las leyes de protección animal, en el que hay leones de mascotas y jirafas atadas a un poste.

Frank Carlos Camacho, director de Africam Safari, nueva casa de Benito; reveló que la situación legal de la jirafa no está del todo resuelta. Su edad exacta de hecho, se desconoce. No se sabe donde nació ni tampoco cuál es su origen exacto.

De hecho, por eso su traslado a Puebla demoró tanto. Se sabe que Benito sustituyó a Modesto, otra jirafa que por casi 20 años vivió en las mismas precarias condiciones en las que se encontraba Benito en Ciudad Juárez.

“El tema entre Profepa y el Parque Central del Juárez, están haciendo sus temas legales, que eso fue lo tardo tanto tiempo para que Benito viniera a Africam, (…), no sabemos exactamente cuándo nació, no sabemos; no sabemos que edad tiene, no sabemos el origen, estamos en el proceso de investigación porque nos interesa no nada más el historial de Benito sino el acerco genético que este animal trae”.

Cada año, animales exóticos que han sido criados como mascotas y luego son decomisados, algunos otros que deambulan por bosques e incluso parques urbanos, otros que son atropellados o que fueron abandonados por circos o pseudo zoológicos son rescatados por instituciones como Africam Safari.

Organismos de la iniciativa privada que no reciben ayuda del estado, que tienen recursos limitados, y que aún así, cumplen su labor: preservar la vida. Todo ello, ante la mirada indolente de las autoridades, que en la mayoría de los casos, sepultan en la burocracia el sentido común.

Benito, vuelve a ser muestra de ello. Modesto, su antecesor, antes de morir perdió orejas y rabo, porque se le congelaron debido a las temperaturas extremas de Juárez. La jirafa que ya es poblana, vivía en esas mismas condiciones, y aún así, la Profepa dilató su traslado.

Jirafa es la estrella hoy y es también, ícono de la esperanza. En un México en donde las historias de maltrato animal son el pan de cada día y, casi siempre terminan en tragedia, el corazón de la sociedad civil se alegra, ¡Larga vida a Benito, tu casa es Puebla!

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