Puebla, Pue.- Con la llegada de las fiestas decembrinas existen varios elementos con mucho significado en la temporada, uno de los más importantes, sobre todo en las posadas, es la piñata.
Este objeto se adoptó a la cultura mexicana en la conquista por parte de los españoles, cuando las “misas de aguinaldo” se fueron convirtiendo poco a poco en posadas.
Las piñatas tienen una forma y especificaciones que deben cumplir según la tradición, y el más significativo es que deben tener 7 picos, lo que representa los 7 pecados capitales; pereza, envidia, gula, ira, avaricia, soberbia y lujuria.
Otro de estos requerimientos son los colores tan llamativos que tienen, pues en ellos se representa la tentación que puede ocasionar el mal, el palo con el que se va a romper significa “vencer el mal” y si esta actividad se realiza con los ojos cerrados representa la fe que se tiene en Dios para ser guiados contra el mal, al final cuando se logra el cometido, la recompensa serán dulces o frutas y es la recompensa de haber vencido.
A pesar de que algunas tradiciones se han ido desvaneciendo entre las generaciones más jóvenes, fabricar las piñatas es un oficio que sigue más vigente que nunca y las personas que se dedican a hacerlas esperan siempre esta temporada para un repunte en las ventas.
La principal época del año para venderlas, sobre todo con el diseño de los 7 picos, es en diciembre y lo más tradicional es que sea la clásica piñata de barro.
Desde la alfarería proviene esta olla y posteriormente los artesanos buscarán los materiales para adornarla con papel china de diversos colores, papel metalizado y la mezcla de engrudo y cartón para ponerle forma a los 7 picos, así como para decorarla.
Curiosamente la mejor temporada para realizarlas es en verano pues aunque el armado es muy rápido teniendo ya la olla de barro, el calor de esta estación ayuda a que se seque de manera adecuada, así que las piñatas pasarán unos meses guardadas hasta que sean adquiridas para la temporada de posadas.
